Ada Moreno, la testigo cordobesa del rock argentino en los setenta*
*Por Maxi Carranza
Tras medio siglo de recorrido, a ciertos protagonistas, la historia del rock los absolverá o los reivindicará, según los casos. Esto último es lo que sucedió hace poco con Ada Moreno, una fotógrafa y asistente del sello Microfón/Talent (Buenos Aires) a principios de los setenta. Su participación en la discográfica comandada por Jorge Álvarez hizo que presenciara momentos determinantes de la escena local. Además, fue pareja de músicos fundamentales del movimiento como Billy Bond (La Pesada) y Gustavo Montesano (Crucis), viviendo de cerca una época donde no era sencillo hacer rock en el país. Tras ser poco mencionada en los documentos del género, Ada Moreno acaba de lanzar el libro No soy una extraña. Memorias: de Sui Generis a la new wave neoyorkina, a través de la editorial Vademécum. En diálogo exclusivo con El Árbol Cultura, la testigo de una época irrepetible habló del material recientemente publicado.
DESDE CÓRDOBA
Ada Moreno nació en Córdoba y creció en una villa de emergencia, cercana a barrio Juniors, junto al río Primero. En La Docta vivió los años de efervescencia política de fines de los sesenta y se interesaba por la (contra)cultura que calaba hondo en los jóvenes del mundo. La capital provincial no fue la excepción a la influencia beatnik y en su entorno se encontraban los primeros hippies de la ciudad como Alvin Astorga o Mariza Berella. Ada también iba como oyente a las clases de la Facultad de Artes y tuvo una participación activa en los días agitados del Cordobazo (1969), llevando bombas molotov de un lado a otro. Luego decidió que su destino era Buenos Aires, donde conoció el ambiente artístico hasta que recaló en el sello Talent, cumpliendo todo tipo de funciones. Una de ellas fue la fotografía, ya que realizó trabajos para vinilos como el de Crucis y –sobre todo- una imagen icónica de Sui Generis. La foto de Nito Mestre y Charly García que ella tomó, sirvió para promocionar la despedida del grupo en el Luna Park (1975), a través de afiches en la vía pública. Su reciente libro incluye como souvenir, el poster de este retrato que decoró tantas paredes de jóvenes argentinos.
PEREGRINA DEL MUNDO
“El pasado es irrepetible. No es una autobiografía, es un homenaje a las personas que estuvieron cerca de mí. No hay puterío en el libro, ni encierro a nadie porque me haya dejado. Tiene un tinte respetuoso y sin nostalgia”, señaló la cordobesa a este medio. Ada Moreno vivió entre 1970 y 2014 en Buenos Aires, San Pablo, Río de Janeiro, Nueva York, Los Ángeles, Miami, Tiruvannamalai y Tamil Nadu, en la India. Uno de sus lugares preferidos del mundo fue Nueva York, donde presenció la movida punk y new wave de fines de los setenta y principios de los ochenta. Sin ir más lejos, la tapa de su publicación es una foto polaroid de su estadía en la Gran Manzana. En el libro tuvo mucho que ver Fernando Samalea, un histórico baterista del rock que tocó con Charly y Cerati, entre otros artistas. El músico la acompañó en el proceso de escritura y así Ada pudo cumplir el mandato de Jorge Álvarez, quién le dijo que tenía que escribir sus memorias. Aunque no todo fue redondo, porque el productor falleció en 2015, bastante antes de ver en la calle la publicación de su vieja amiga.
EL GRAN PROVOCADOR
La cordobesa estuvo cuando Nito y Charly dieron la prueba con dos canciones para ver si eran aceptados por el sello discográfico Microfón de Buenos Aires. El hecho histórico sucedió en la pequeña oficina de la compañía y las elegidas fueron “Canción para mi muerte” y “Amigo, vuelve a casa pronto”. Cuando terminaron su breve set, Álvarez levantó el teléfono e inmediatamente reservó el estudio de grabación. Fue todo tan espontáneo que los músicos pensaron que se trataba de una broma. El resto es por demás conocido: Sui Generis registró el LP Vida, el puntapié de las extensas carreras de Charly y Nito Mestre. Algunos años más tarde, Ada fue la encargada de las fotos del sobre interno que acompañaron el álbum Clics Modernos (1983) de Charly García, el cual se hizo en Nueva York. Al ser consultada sobre el artista argentino, la fotógrafa expresó: “más allá de su extraordinario talento musical, Charly siempre fue un gran provocador. Llamó un disco Vida, cuando el entorno era violento y mataban gente. Todo lo que ha hecho es provocar constantemente” comentó Ada Moreno.
MEMORIAS Y MÁS
La escritura es una de las actividades que Ada Moreno viene desarrollando en la actualidad. Ya tiene listo un libro de poesías llamado Delirium y uno de relatos titulado El aburridor y otros cuentos: “el de narrativa es bastante bizarro y todavía más autobiográfico que el de rock, son mis vivencias”. Además, reconoce que casi no va a recitales, salvo cuando toca su amigo Kubero Díaz. De los documentos fotográficos que sacó no posee nada, porque quedaron en Microfón y luego pasaron al sello Sony Music. La cordobesa tuvo una vida de película, la cual apenas figuraba en la historiografía local del rock. La obra No soy una extraña. Memorias: de Sui Generis a la new wave neoyorkina, la reivindica con varias décadas de retraso. Mientras tanto, su imagen de Sui Generis se vende como poster en los kioscos de diarios y revistas de Buenos Aires.
EL ÁRBOL CULTURA – «AMAMOS LO QUE HACEMOS, TRAZANDO PUENTES»